Leyenda de la monja ahorcada

En el centro de la ciudad de Guadalajara, sobre la calle de Liceo esquina San Felipe, se localiza una casona Neóclasica del siglo XIX, ahora Casa Museo López Portillo. 

En 1926 esta casa fue un colegio de mujeres llamado "Juana de Arco"  administrado por monjas. 

Cuenta la leyenda que en esta casa sucedió una tragedia. Se dice que existió una monja muy bella,  pero algo la perturbaba, era muy solitaria; parecía que sufría una pena tremenda.

La madre superiora preocupada la llamo entonces a su oficina y le pregunto:

-Puedo saber por que siempre estás triste.
-No creo que sea importante- contestó la monja
-Claro, porque quiero saber si puedo ayudarle- pregunto de vuelta la madre.
-No, no creo que nadie me pueda ayudar, solo la muerte me liberará. Madre, ¿me puedo retirar?- expresó la joven.

La Madre al escuchar las palabras de la muchacha, no comprendió aquel sufrir, ni siquiera pudo hacerle confesar el por que de su tristeza.

- Anda y que Dios ilumine tus pensamientos hermana- por ultimo dijo la Madre.

Se retiro a su dormitorio, fingió dormir y aprovechando que sus compañeras dormían, se levantó y sigilosamente se dirigió a la puerta, abrió y observó en los pasillos si alguien la pudiere ver, rápidamente corrió hacia la bodega, tomo una cuerda y como pudo llegó a la oficina del Padre Mateo, subió por una escalera de Caracol; haciéndole un nudo, ató la cuerda y la colocó en su cuello...

¡Sin pensarlo saltó!, se escuchó un grito en todo el colegio, que hizo que todas ahí se levantaran y fueran a ver lo que sucedía, el horror fue mayor, en aquel cuerpo ya no existía vida alguna, en aquellos ojos negros, se reflejaban un vació, la pobre desdichada, creyó que tomando ese camino su pena seria mas corta, pero, que equivocada estaba, su pena apenas comenzaba.

El colegio jamas volvió a ser lo mismo y muchas decidieron irse de ahí, lo que hizo que cerrara, hasta que abrió sus puertas un 10 de mayo 1982 para ser lo que hoy conocemos como " Casa Museo López Portillo".

Aquella joven había quedado olvidada, hasta una noche cuando ella apareció deambulando por los pasillos de está casona, convertida ahora en museo. 












Parte de la Información fue recavada en Casa Museo López Portillo. 


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